Y aquí estoy de nuevo: de vuelta en los Madriles, tras haber hecho mi tercera escapada a Boston por motivos de trabajo. Pero al menos los fines de semana dejaban tiempo para turistear, y pude ir a Cape Cod y a Rodhe Island. Lo he pasado en grande, la verdad. Estas allí, lejos de tu familia y amigos, pero rodeada de compañeros que, de algún modo, se convierten en tu familia, y se crean lazos especiales. Es como una especie de Gran Hermano, tal vez, y todo se magnifica. Ahora les echo de menos estando aquí, aunque es cierto que acabo de aterrizar como quien dice, y no me ha dado tiempo a calentar motores y dejarlos al ralentí. En dos o tres semanas, cuando me vea de nuevo haciendo maletas para volver, será a los de aquí a los que me dé penita dejar.
Y yo soy la misma, sigo siendo la chica envuelta en la incertidumbre, porque aún quedan muchos interrogantes por despejar, y por más que me afano para resolver ecuaciones, éstas no me las enseñaron en la carrera. Será cuestión de seguir caminando, paso a paso, cruzando los puentes que aparezcan en mi camino, o saltando por ellos para remojarme de vez en cuando. ¡Es la vida! :-)