Cuando te cobran de menos en una tienda o restaurante, ¿les avisas del error? Y si encuentras una cartera con dinero y la documentación del dueño, ¿intentas devolvérsela?
Circulaba la semana pasada con la radio puesta. Sonaban las noticias. Hablaban de la subida que el billete de metro y autobús había experimentado y las protestas que ello causó, unidas también al hecho de que había descuentos para los peregrinos de la JMJ. El locutor contaba que los "descontentos" amenazaban con colarse pues eso de hacer diferencias por religión era discriminatorio, y que el Consorcio de Transportes había dicho que tal acción llevaría multa. El Consorcio recordaba también que el abono especial de los peregrinos no debería usarse una vez terminadas las jornadas, pero que, de hacerlo, sus usuarios no serían multados. Pensé de inmediato que, probablemente los peregrinos de otros países que permanecieran en Madrid, pasadas las fechas de validez del abono, no lo usarían al no estar permitido, pero que los peregrinos españoles sí lo harían, y más sabiendo que no habría multa aunque les pillaran.
Todo ello me hizo meditar en todas esas ocasiones en que el ingenio te permite detectar un agujero en el sistema, y dependiendo de lo ética que seas, lo usas en tu beneficio o no, pero estás programado de tal modo que, detectarlo lo detectas. Supongo que es la llamada picaresca, un tópico más de españoles y latinos en general, que tiene connotaciones negativas por mucho pecho que a veces se saque presumiendo de ello, y que tiene más de caradura y artimañas disfrazadas de simpatía que de otra cosa.
Me viene a la mente el cine de Boston, por ejemplo. Tras pasar las taquillas y el área hacerse con palomitas y “bebestibles” para la peli, hay varias salas para las películas que se proyectan. Hasta ahí, todo normal. La alerta no salta aún en el pícaro. Pero tras ver la película de turno, descubres que la salida de la sala no da a la calle o a algún espacio concreto, de modo que te obligue a entrar de nuevo en el cine y pasar por taquilla para ver otra película. No, nada de eso. Sales a la misma zona donde se encuentran las puertas de acceso a cada sala. Bing! Se activa la alarma y descubres el fallo en el sistema, porque puedes entrar en otra sala donde acaba de comenzar otra película. Nadie se va a enterar si eres discreto. Termine colándose o no, ¿le asalta este pensamiento a un noruego, por ejemplo?
El Lazarillo de Tormes y el ciego (Salamanca) |
Y también recuerdo el boom de una de las máquinas de vending en el edificio donde trabajaba hace tres años. Alguien descubrió que al cargar la tarjeta, si no la retirabas, la máquina entraba en una especie de bucle y seguía añadiendo dinero a tu tarjeta monedero sin necesidad de volver a insertar monedas, hasta un tope de 6€. Os podéis imaginar el éxito que de pronto empezó a suscitar la mencionada maquinita de cafés. Los reponedores del resto de máquinas de comestibles variados se hacían de cruces y andaban investigando sin poder averiguar dónde estaba el pufo, pues desaparecía la mercancía pero las pocas monedas que contenían los cajones de cada máquina, no cuadraban con lo “vendido”. También es cierto que, una cosa era realizar una recarga extra de la tarjeta, por aquello de compensar todos los cafés erróneos que te dio, los donuts pasados de fecha o cualquier caso en que tu dinero se fue al garete, y otra muy distinta era sacar todo lo posible de las máquinas e irse a casa con la “compra” de las bebidas, zumos y demás productos hecha, y encima gratis. Hubo gente que se pasó tres pueblos y salía diariamente con bolsas repletas, hasta el punto de que si tenías hambre por la tarde, no había modo de encontrar nada que llevarse a la boca. La “promoción” duró un par de semanas, hasta que por fin, alguien, con un punto ético y honrado o con suficientes remordimientos, dio el aviso y señaló el fallo de la máquina y todo volvió a la normalidad. ¿Habría realizado esta recarga “mágica” un japonés?
He visto este tipo de actitudes toda mi vida. No sé si sólo se da en los latinos, como si tuviéramos un gen de Lazarillo de Tormes y usáramos ese ingenio y picardía de modo natural, o si también el resto de los europeos y gentes de otros países y continentes actúan igual. ¿Tú qué opinas? ¿A qué se debe esa antena especial detectora de "picardías"?