miércoles, 27 de julio de 2011

Krásná Praha

Por fin tuve la oportunidad de conocer Praga, o Praha, como dicen sus gentes. Siempre ha estado en mi mente desde aquel momento en que mi hermana, hace muchos años, llegó a casa contando maravillas tras su breve recorrido por algunas ciudades europeas con el InterRail, y Praga es una de esas ciudades que no puede faltar. Tuve la inmensa suerte de que mi amigo Kike, quien anteriormente ya había estado allí, se apuntara a acompañarme y mostrarme Praga a través de sus ojos. No me ha defraudado, es una ciudad deliciosa y llego con ganas de volver, pues dos días no dan para mucho. El tercer día lo empleamos en visitar Karlovy Vary, una bonita ciudad balneario situada en la Bohemia, que me permitió imaginar perfectamente por sus calles a los adinerados de los siglos XIX y XX yendo a recibir sus tratamientos de baños termales y paseando a media tarde siguiendo el curso del río. Está llena de rincones que observar, algunos un poco recargados para mi gusto o con demasiado adorno dorado.


Cartel de la calle Namesti Republiki
Praga es una ciudad bella, repleta de edificios de distintos estilos y de estampas de foto, muy limpia, llena de detalles que te hacen percibir que estás inmersa de lleno en Europa. A pesar de las previsiones iniciales de lluvia, fuimos afortunados. De hecho, sólo nos pilló una breve tormenta de verano que desapareció en lo que Kike tomaba un apple strudel y yo un café. El resto del tiempo, el sol se dejó ver y sentir a ratos, y hubo momentos de cielos nublados que nos permitieron recorrer largas caminatas más fácilmente. El inglés nos sirvió de puente para entendernos con las gentes de restaurantes y comercios. Me gustaron especialmente el barrio judío (de donde es el golem que ahora habita en mi casa), el Castillo de Praga y sus alrededores, —como el Callejón del Oro, donde vivió Kafka durante varios años, en el nº 22—, The Dancing House (también conocido como Dancing Building o Ginger & Fred) y el Puente Carlos (Karlův most), el más antiguo de Praga, que permite asomarse al mágico río Moldava y observar la ciudad nueva a un lado y la vieja al otro.
Mi golem
Soy más de ver las calles y las gentes de las ciudades que visito, empaparme de impresiones, oír su habla, probar su cocina y calmar la sed con los caldos que la ciudad ofrezca, que de encerrarme en museos, y más cuando la escapada es tan breve, pero Praga está tan llena de museos y tan variados, que habrán de tener su hueco asignado en mi próxima visita.
La aprendiz de fotógrafa fotografiada
En esta ocasión, me dejé llevar por la ciudad viva. No sé de dónde proviene su magia, pero se deja sentir. Afortunadamente, mi amigo era el encargado del reportaje gráfico, y gracias, no sólo a su cámara, sino a su ojo experto, me traigo muchas fotos que me permitirán recordar y compartir Praga. Y como algunas escenas y sensaciones son imposibles de captar, llevo conmigo muchas conversaciones y anécdotas vividas con un gran compañero de viaje, al que agradezco que se animara a venir. Atesoro todos esos momentos no captados que vienen a tu mente cuando ves las fotos una a una tras un viaje, y me quedo, por elegir uno, con la noche memorable en el Jazz Dock, donde disfrutamos de una deliciosa cena y un concierto de jazz, y el paseo de vuelta al hotel, con las imágenes de los edificios iluminados reflejados en las aguas del Moldava aún en mi retina.
A orillas del Moldava
¿Próximo destino? Incierto aún, que hay varias ciudades interesantes aún por ver, pero vamos,... que a Praga vuelvo :)

 Nota añadida horas después de publicar el post: Olvidé comentar que, justamente cuando dábamos descanso a nuestros pies, sentados en una terraza del barrio judío, pasó tranquilamente Pierce Brosnan a escasos centímetros de nuestra mesa. A punto estuve de saludarle como si tal cosa. Curioso pensar que al día siguiente iríamos a Karlovy Vary, donde tiene lugar la película Casino Royale, en la que es Daniel Craig quien pone cara a 007. Monísimo Pierce, por cierto :) 

miércoles, 20 de julio de 2011

Renewal Anecdotes

Las anécdotas me persiguen cuando se trata de renovar el DNI. Ya tuve una hace dos años, y pensé que todo quedaría ahí, pero este año, al tener que volver a pasar por comisaría por haberlo perdido en Roma, ha vuelto a ocurrir.

En la primera ocasión, el día antes a la cita para hacerme el DNI, fui a hacerme las fotos a un Fotomaton cercano. El simpático cacharrito me obsequió con una bonita pantalla azul de la muerte al más puro estilo de Windows. Se debió acojonar en cuanto me vio el careto y le produjo algún evento no contemplado por el programa, con lo que salió por peteneras dándome con esto en las narices:

"Pantallazo" azul de Windows por cortesía de Fotomaton

A mí me parece ponerse incluso un poco borde eso de decir "Windows has been shut down to prevent damage to your computer" porque, vamos, una cosa es tener mala cara y otra muy distinta es dañar al computador con ella, ¿no?

Ahí no quedó la cosa. A pesar del chasco me arriesgué a intentar con otra maquinita, y tuve por fin mis fotos. Así que, toda ufana, me fui a la comisaría al día siguiente. Llegado mi turno, me piden DNI anterior y foto de rigor. Tiendo ambos a la auxiliar que me atendía y según posa la vista en mi foto me dice:

—Huys, no, no, no. Esta foto no te vale —muy convencida. Y añade: —Ángel, ¿verdad que con este flequillo no? —dice mostrándola a su compañero.

Le explico que siempre he llevado flequillo porque me gusta, y que si se fija en el DNI que tiene en su mano puede comprobarlo. Y me espeta:

—Mira, guapa, esta foto no es para un book, —reconozco que me hizo gracia la frase. Y prosigue: —Se trata de un documento oficial, donde se te ha de ver la cara, así que, anda, ve al estudio de ahí enfrente y retírate el flequillo un poco y el pelo de los lados, que se te vea mejor. Y a ver si puede hacer algo con el color, que al digitalizar la foto en blanco y negro, como no ponga un fondo que haga que destaques, va a parecer que no tienes pelo.

"Sí, hija, tú complícalo", pensé, y salí frustrada y cabreada, pero no tenía más opción. Fui donde dijo, y le expliqué al buen hombre que necesitaba una foto con contraste por mi color de pelo y pregunté si tenía algo para sujetarme un poco el flequillo. Casi me parto cuando me acerca una cajita con toda suerte de horquillas y plis-plas. Debía ser común el tema.

Me hizo las fotos. Me parecieron horrorosas, pero no tuve más gaitas que entrar al matadero y salir al poco con mi flamante DNI en la mano, pensando en la mala pata de que no caducara antes.
Nuevo DNI electrónico
Justamente por ello, en Roma, superado el primer momento de cabreo tras notar que había perdido el DNI en la estación de Piazza di Spagna (y acompañado de unos 150 euros), me sentí liberada al haber dicho adiós a esa foto.

Por fin hoy llegaba el día y esta mañana tenía la cita en comisaría. Las fotos me las hice ayer, de nuevo en un Fotomaton, y esta vez sin contratiempos. Antes de salir del curro hacia la zona, eché un ojillo en Google Maps para ver el camino, y esta mañana cogí mi GPS para que me fuera guiando, porque la zona de Ventas es liosa para aparcar y no la tengo muy controlada. Nada más salir del parking de la oficina, paro a encender el aparato. Nada. Insisto, presionando el botón como siempre. Que no. Que se niega. Debí dejarlo sin batería y no había cogido el cable con las prisas. Era la 1:10 pm y la cita era a las 2:00 pm. Lanzo todo tipo de juramentos en arameo y recuerdo que en el HTC tengo navegador. Me pongo a ello. Pruebo primero con Aura de Sygic, y a pesar de haberla utilizado antes con éxito, desisto, porque decide ignorarme y no funcionar. Intento con Maps de Google. ¡Bien! Localiza el destino, pero para colmo compruebo que me queda poca batería, así que decido tirar de intuición y conectarlo más tarde, cuando ya haya recorrido el trozo de M40 y M30 y esté cerca de la zona.

Me salgo de la M30 hacia Alcalá y me paro en doble fila en cuanto veo que puedo. Repito conexiones y empiezo a ser guiada. Faltaban 15 minutos para la cita. "Gire a 200 m", "siga 80 m", y así hasta que veo que no, que me suena y recuerdo las calles de la otra vez, pero que la "tipa" no es suficientemente clara a veces y recalcula. Es más, creo que estoy dando vueltas. Al tercer "gire al oeste" que me suelta, decido pasar de ella, que después de tanto giro ya no sé ni dónde está el norte. En cada semáforo, aprovecho a desplegar el plan C: el callejero de toda la vida, y descubro que estoy ya al lado, pero que la calle donde está la comisaría tiene tan mala uva que no hay quien aparque. Por fin, en un golpe de suerte, descubro muchos sitios de zona azul libres no muy lejos y sin pensarlo aparco, saco el ticket y camino deprisa los 400 m hasta la comisaría. Entro por la puerta a las 2:00 pm.

Ya no hay apenas gente y no me toca esperar. Me atiende un chico muy simpático. Le digo que perdí el DNI y le doy la nueva foto. Muestra sus dudas, esta vez no por el flequillo, del que no dice nada tal vez porque lo aparté un poquito, sino por el fondo blanco y mi color de pelo. Va a proceder a digitalizarla cuando dice contento:

—¡Ah, no! No hace falta. Si veo que es duplicado, no renovación. Tengo que usar la foto del DNI anterior.
¡Tierra, trágame! Le suplico que la cambie, pero me dice  que el programa informático no lo permite si es duplicado, sólo cuando ha caducado y hay que renovarlo. Desecho el soborno porque estoy rodeada de "polis" por todas partes, y si achaca el tema a la informática, ¡apañados estamos! Como pille al analista que no ha dejado opción para casos de extrema necesidad de cambio de foto, me lo cargo. Así que, he salido ¡la mar de contenta!: DNI hermano gemelo del que perdí en Roma y que estaba deseando sustituir, y encima a un coste de unos 165 euros: los perdidos en Roma, más el duplicado y más las fotos.

Y como el que no se consuela es porque es un masoquista, he decidido relajarme compartiendo la anécdota en mi blog. De aquí al 2019, día en que me caducará, tengo tiempo de sobra para planear una estrategia de foto y documento sin percances :)

domingo, 3 de julio de 2011

Still Dreaming? (English version)

I published this entry in Spanish (you can read it here), but now, thanks to my friend Céline, who was kind enough to help me with the translation, you can also read it in English.

She stretches her body, slim but voluptuous with soft curves ... She looks like a sweet kitten, and she half-opens her feline eyes just to verify what her hands have already felt when she touches the other side of the bed and doesn’t find anybody: she’s alone. The sun is about to come up and, with sleepy eyes, she stares at the blue figures of the alarm clock. It says 6:33. She smiles and stretches to snuggle again and try to go back to sleep for an hour, or at least, lulled by the early riser chirping of sparrows that greet from the street, to let her mind wander in that particular half-sleep in which part of the mind remains stuck in the dream world. She dreamed of... what was it?... She searches carefully into her memory the images that filled her brain just a few minutes ago. It's night… the fire lights up the beach... The memory is blurry, and her mind struggles to grasp the fleeting scenes that come to pieces, her body seems to remember, and she feels aroused... It's a dance... no!... it’s a wild dance... drums...? Various thoughts come to her mind, but she can’t find out the origin of that feeling. Her body moves at a wild rate...


She enjoys feeling over her almost naked skin a gentle breeze, that moves the curtains and the pages of the book on her bedside table. She tries to fix the breeze to her body, to make it stay with her during the day when the overwhelming heat will stop her from breathing and sprinkle her skin with sweat. Her hands touch other bodies, and various hands touch hers... Her left hand rests on the sharp curve of her waist, and playful, explores the surrounding area. She quenches the thirst with other mouths... Swaying, with still no memory, but encouraged and spurred on by signals emanating from her body, she twirls in the bed and starts to touch herself. Her body falls under the ecstasy and pleasure that other bodies give her… She slides her shorts and enjoys her nudity kissed by the breeze. Her left hand plays with her nipples, hard as stone, while her right hand covers the short distance that separates it from her sex, expectant and hungry for her soft touch...
 
Sweet About Me, ♫ Nothing Sweet About Me, ♪ Yeah! ♫
Sweet About Me, ♫ Nothing Sweet About Me, ♪ Yeah! ♫
 
Damn! Although it is better to wake up with the soft voice of Gabriella Cilmi instead of the nasty alarm beep, Charlotte goes mad and turns it off immediately, extending her arm unwillingly. She feels the temptation to continue with her sweet awakening. She lays still and thinks about it, reluctant to get out of bed... "Well," she tells herself, "next time, maybe!", and, leaving her hot wishes behind, she goes to the shower.

It's a catchy tune and she hums it while the water runs from her head to her toes and down the drain, taking with it all the heat that was dominating her just a few moments ago.

♪ If There's Lessons To Be Learned, I'd Rather ♫ Get My Jamming Words In First Oh ♪
♫ Tell Ya Something That I've F...

She suddenly stops, the water still flowing... "Oooooohhh, noooo!", she cries out loud and then starts laughing. The water falls in her mouth and gushes out while she laughs and laughs ... "Hahaha!... I can't believe it! Hahaha!... Today is Saturday! "...