Abro esta página de vez en cuando, con la sana intención de escribir algo, pero termino cerrándola pasados breves minutos, porque mi mente se queda en blanco, y cualquier idea que asoma tímida, es desechada sin contemplaciones.
Vuelvo ahora a la carga, a sabiendas de que no tengo nada excepcional que relatar, y que me flaquean las canillas como cada vez que veo el lienzo en blanco. Es curioso... En innumerables ocasiones, —normalmente cuando no está el Pc ante mí o siquiera un cuaderno—, mi mente está llena de párrafos relatando cosas que me ocurren o ideas variopintas que se asoman a ella sin más. Pero cuando me siento a darles forma ya no es igual, pasó el ángel inspirador y no es posible atraerlo a la fuerza con falsos ardides. Así que no es lo que pretendo hoy.
Hoy tan sólo quiero enviar mucho apoyo a amigos que sé que lo están pasando mal, en distintas ciudades y partes del mundo, y por diversas razones. Unos por infelicidad en su relación, otros por falta de trabajo, alguno por abusos y falta de libertad, por sentirse engañados, por soportar duras cargas, por luchar sin ver frutos,... Son mis amig@s, y se vienen abajo en algún momento, dejándose llevar por la depresión y la desgana, se les acaban las fuerzas y se quieren rendir, hartos ya de tanta lucha. En la mayoría de los casos, la ayuda que les puedo prestar es sólo la de escucharles y animarles, e intentar que vean el mundo un poco más brillante de lo que tal vez es, porque estoy convencida de que, cambiando la actitud, no es que se produzca la magia y todo se solucione, pero sí se es más feliz. Siempre, siempre, siempre, puede encontrarse algo positivo a cada día, por pequeñito y minúsculo que sea. Búscalo. Hazle zoom. Deja que brille. Y busca otra pepita de oro entre tanta oscuridad, que seguro que hay más.
No puedo evitar ser optimista. Debí caerme en la marmita del Mundo Positivo cuando era pequeña, y aún no me he recuperado de la sobredosis. Y la verdad, me alegro. Porque a pesar de los titulares de los periódicos, a pesar de las desgracias que te puedan rodear en algún momento, siempre hay una imagen, un gesto, una palabra, un olor, una voz, un beso, una caricia, una música... algo, que hace que merezca la pena seguir aquí.
Me siento bien. Puede que no sea la persona más feliz del mundo, pero vivo momentos de felicidad concentrada. Los atesoro con mimo, por si he de echar mano de ellos.
El día es claro, el cielo despejado y azul, el sol me mira desde ahí fuera. El verano me espera :-)
Vuelvo ahora a la carga, a sabiendas de que no tengo nada excepcional que relatar, y que me flaquean las canillas como cada vez que veo el lienzo en blanco. Es curioso... En innumerables ocasiones, —normalmente cuando no está el Pc ante mí o siquiera un cuaderno—, mi mente está llena de párrafos relatando cosas que me ocurren o ideas variopintas que se asoman a ella sin más. Pero cuando me siento a darles forma ya no es igual, pasó el ángel inspirador y no es posible atraerlo a la fuerza con falsos ardides. Así que no es lo que pretendo hoy.
Hoy tan sólo quiero enviar mucho apoyo a amigos que sé que lo están pasando mal, en distintas ciudades y partes del mundo, y por diversas razones. Unos por infelicidad en su relación, otros por falta de trabajo, alguno por abusos y falta de libertad, por sentirse engañados, por soportar duras cargas, por luchar sin ver frutos,... Son mis amig@s, y se vienen abajo en algún momento, dejándose llevar por la depresión y la desgana, se les acaban las fuerzas y se quieren rendir, hartos ya de tanta lucha. En la mayoría de los casos, la ayuda que les puedo prestar es sólo la de escucharles y animarles, e intentar que vean el mundo un poco más brillante de lo que tal vez es, porque estoy convencida de que, cambiando la actitud, no es que se produzca la magia y todo se solucione, pero sí se es más feliz. Siempre, siempre, siempre, puede encontrarse algo positivo a cada día, por pequeñito y minúsculo que sea. Búscalo. Hazle zoom. Deja que brille. Y busca otra pepita de oro entre tanta oscuridad, que seguro que hay más.
No puedo evitar ser optimista. Debí caerme en la marmita del Mundo Positivo cuando era pequeña, y aún no me he recuperado de la sobredosis. Y la verdad, me alegro. Porque a pesar de los titulares de los periódicos, a pesar de las desgracias que te puedan rodear en algún momento, siempre hay una imagen, un gesto, una palabra, un olor, una voz, un beso, una caricia, una música... algo, que hace que merezca la pena seguir aquí.
Me siento bien. Puede que no sea la persona más feliz del mundo, pero vivo momentos de felicidad concentrada. Los atesoro con mimo, por si he de echar mano de ellos.
El día es claro, el cielo despejado y azul, el sol me mira desde ahí fuera. El verano me espera :-)
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