Me afané en deshojar..., y según caían los pétalos y alguna lágrima, más se reducían mis posibilidades de seguir en Boston. Ahora, unas tres semanas después de mi vuelta desde Chile y de conocer la noticia de que tal vez mi aventura americana tocaría a su fin, el veredicto me es desfavorable. Mucho han de cambiar las cosas para que un golpe de suerte me permita quedarme. Sólo me viene a la mente hacer magia, convocar a las hechiceras, meigas y brujas del mundo, para que entre todas hagan un conjuro que me salve... o en su defecto, una buena queimada que me haga olvidar las penas :)
La esperanza es lo último que se pierde,... dicen...
Me encanta el conjuro de la queimada, de esas cosas que adoro de mi tierra meiga...
ResponderEliminarTe pondré unas velas mágicas para que tengas suerte... te lleve a dónde te lleve tu camino.
Un abrazo
Hola corazón............no te preocupes ni te disgustes que seguro que todo sale bien y consigues quedarte alli.
ResponderEliminarUn besote
Muchísimas gracias por vuestros ánimos. Cuento con tus velas, Kike, especialmente si son mágicas, y, mis queridísimos compis Fer y Marga, ¡ojalá tengáis razón! ;)
ResponderEliminarHermanita no me desesperes, le digo a mami que le ponga velas a San Judas, porque lo que soy yo me quedo con la queimada y luego pasa lo que pasa
ResponderEliminarAys, con ese comentario me doy por "apechuscada" por tu parte, que un abrazo de esos que das tú siempre reconforta :)
ResponderEliminarLa pena es que no pueda dártelo ahora mismo, mi niña
ResponderEliminarYa lo has hecho, peque ;)
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