miércoles, 25 de abril de 2012

Nested Dreams

Me dormí. Y caí en un sueño. Y en él, en algún momento, también quedé dormida. Soñé que soñaba, y dentro de ese sueño había otro... No importa cuánto me adentrara porque dentro de cada ficción surgía otra nueva, y me llevaba a un Universo del que podía apreciar, antes de sumirme más hondo en el dulce sopor, que era diferente al anterior. En todos me veía a mí misma, y reconocía distintas partes de mi yo, que al avanzar parecía irse completando, suma de los yoes anteriores. Y en todos, también estabas , siempre igual. Inicialmente te vi, a cierta distancia, pero lentamente, con cada nuevo salto, me acercaba un poco más a ti.
Mis sueños se multiplicaban como si fueran infinitas muñecas rusas, y mis yoes iban evolucionando, al igual que el huevo se vuelve oruga, y ésta se torna en crisálida antes de formar la mariposa. Ya estaba en un nivel muy profundo, a pocos centímetros de ti. Tú me mirabas dulcemente, con esos grandes ojos en los que me gusta hundirme. Fijé mi mirada en la tuya. En mis ojos podías leer todo lo que siento por ti, no hacían falta palabras. Bajé levemente la vista hasta tus labios, que invitaban a un beso infinito. Creo que iba a besarte. Sí. Iba a besarte. No podía resistir más tenerte tan cerca sin besarte. Muy despacio, milímetro a milímetro, sin dejar de mirar tus ojos, en los cuales me había vuelto a hundir, acerqué mi boca, entreabierta y anhelando el encuentro. ¡Estaba tan cerca! Nuestros labios se rozaron levemente y... ¡desperté! Desperté en un solo instante de cada uno de los sueños contenidos en el otro, rápidamente, ¡zas!, de golpe, sin poder entender ni asimilar nada. Pero... ¡ahí estabas tú!, tu cara frente a la mía, en nuestra cama. Mirándome y acariciando mi cara con ternura, besándome un "buenos días, Princesa" en cada cachito de piel que conquistabas. Ansiosa de ti, hambrienta, te abracé hundiendo mi cara en tu pecho, jadeando, besando tu cuello, lamiendo tus lóbulos, mordiendo tu espalda, revolviendo tu pelo, bebiendo de tu boca como si llegara de un desierto. Hicimos el amor con una pasión olvidada. ¡Qué bueno es soñarte!, sí, pero prefiero mil veces no encontrarte en mis sueños y, al abrir los ojos,... verTE.

2 comentarios:

  1. ¡Me encantó! Qué fácil es leerTE, y qué bonito soñar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro mucho, Jorge. Encantada de verTE por aquí. Gracias por dejarte caer :)

      Eliminar