La otra tarde charlaba con mi tía. Me decía que las parejas de hoy en día no aguantan nada, que hay parejas que tras unos años viviendo juntos, se casan y lo dejan al cabo de dos meses, como si se hubiera roto el hechizo, o parejas que llevan muchos años y terminan de un día para otro, sin razón aparente. Puede que sea cierto que les falta un poco de aguante y a la mínima echan el amor por la ventana, como si fuera desechable, pero creo que también se debe a que las relaciones de pareja han cambiado. Ya no existen esos amores de antaño, de hasta que la muerte nos separe y contigo pan y cebolla, no existen esas grandes historias que tantas veces hemos visto en el cine, que desde luego ha hecho mucho daño con tanto amor de ensueño, porque lo que pasaba después del The End nunca lo veíamos, claro. Entended que cuando digo que ya no quedan de esas parejas, no me refiero a que no exista ni una sola, no, que afortunadamente todos tenemos algún caso de pareja modelo, de esas en que el amor no se gasta de tanto usarlo, sino que se enriquece a fuego lento con el paso del tiempo. En mi caso la más cercana es la de mis padres, por ejemplo. Pero, ¿cuántos casos conocéis de parejas divorciadas o, que no se divorcian pero sabéis que todo es un simulacro de amor por el qué dirán, por los niños, por miedo a la soledad o tal vez por interés económico? Hablo de parejas de, digamos más de treinta, no de esas primeras relaciones de Instituto o de Facultad, en que es más normal que una relación sea breve. Y no digo que antes las parejas funcionaran y ahora no, pero es cierto que desde que la mujer es independiente hay más fracasos.
¿Por qué ocurre esto? ¿Vosotros qué opináis? Yo pienso que hay muchos factores, pero en parte se debe a que la situación de la mujer ha cambiado radicalmente en estos últimos años. Antes, la gran mayoría de las mujeres de la época de mi tía, no trabajaba fuera, sino que estaba en casa, cuidando de los niños, preparando la comida y limpiando, y no tenía tiempo para andar socializando en otros foros que no fueran el mercado o el patio donde se juntaba con las vecinas. Incluso esa sigue siendo la realidad de muchas mujeres hoy en día. Puede parecer un poco exagerado lo que cuento, pero creo que me entenderéis si lo explico así, aunque tire de algunos tópicos. Alguna de esas mujeres, acaso harta de llevar una vida que no le llenaba, especialmente cuando los hijos se iban haciendo mayores y la necesitaban menos, tal vez cayera en los brazos del butanero o del fontanero, pero sin embargo, era esta una actitud más frecuente en el marido. Estoy evidentemente llevándolo al extremo, no digo que fuera el caso de todas ni que todos los maridos de entonces pusieran los cuernos a sus parejas, pero era el hombre el que podía campar a sus anchas más fácilmente, bien en la oficina, haciendo ojitos a una compañera o a la secretaria, o bien pasando por un pub de alterne antes de volver a casa, y ello en definitiva, le proporcionaba una vida y mundo ampliados a algo más que a las cuatro paredes de una casa, con las posibilidades de interactuar con otros que ello conlleva. Como digo, aunque suene a tópico y aunque muchos hogares de entonces no se correspondieran con esta situación, en otros sí era el día a día.
Ahora, sin embargo, todo es muy diferente. La mujer sale de su casa, intenta ser independiente económicamente, se reúne con sus amistades cuando quiere, con los compañeros de trabajo, es dueña de su destino, su mundo se amplía, y hay mas material humano ante sus ojos para comparar lo que tiene en casa con lo que ve cada día, por no hablar de los vínculos que se crean con el roce diario. Para facilitar las cosas, además, la tecnología ha avanzado lo indecible, y ahora te relacionas hasta con alguien de la otra parte del globo a través de multitud de canales con tan solo un par de clicks, con lo que su mundo sigue ampliándose, y en el caso de una relación virtual con alguien en las antípodas, aunque jamás pase a un plano 3D en vivo y en directo, sí puede hacer flaquear la actual, al aportar facetas que se hayan ido perdiendo: más cariño, sueños, la novedad,... La mujer de hoy sabe lo que quiere. Ya no se conforma con que le echen un polvo a oscuras cuando su pareja quiere. Ni hablar. Quiere que le hagan disfrutar, y eso asusta a muchos, que no se sienten capaces.
Todo ello ha ido modificando lo que hoy es una relación de pareja. No aguantan ellas. No aguantan ellos. Y ¡crash!, se rompe. Evidentemente, no se ve ni se siente igual con 20 años que con 40, y es casi necesario que a los 16 se sueñe con que es posible ese amor para siempre, porque si no, ¡vaya gracia eso de empezar una relación con alguien sabiendo que tiene fecha de caducidad!, y además, de los desengaños y arañazos en el corazón también se aprende. Pero después, cuando nos vamos haciendo mayores y vamos pasando por diferentes experiencias, el panorama cambia. No hay más que ver la tele, por ejemplo. ¿En cuántas series y películas vemos que las parejas se rompen o se ponen los cuernos una y otra vez, o lo fácil que es, tanto para el hombre como para la mujer, echar un polvo con alguien sin pretender ir más allá? ¿Son las series reflejo de la realidad o es la realidad que intenta imitarlas? ¿Qué creéis?
El caso es que, tras chascos, desengaños, relaciones que no duraron lo que parecía que iban a durar y demás casos, te plantas en los 40 y acaso piensas de otro modo, en parte porque ya has experimentado, y en parte porque ya sabes mejor lo que quieres. Los hay que se darán una y otra vez contra la misma piedra, buscando la pareja perfecta, pero piensan que cuando la encuentren recibirán alguna señal del Universo y tal vez el cielo se teñirá de verde, las estrellas lucirán de color morado y la Luna tendrá forma de pentágono, con lo que, al no ocurrir tales hechos, dejarán la incipiente relación y empezarán otra al poco, y así ad infinitum. Otros hay que, visto lo visto, decidirán ser solteros de por vida, y picar de allí y de allá cuando se les presente el caso, disfrutando de sexo, abrazos y besos por el camino, sintiéndose libres, pero también solos en muchas ocasiones. Y habrá algunos otros que seguirán la búsqueda, no de amor eterno, pero sí de algo parecido y duradero. Yo creo que soy de estas últimas. Busco, al igual que antes, un compañero con quien disfrutar la vida, con quien despertar cada mañana, con quien reír a diario o planear un viaje, alguien en quien confiar. Creo que es lo que he buscado toda la vida, y he tenido varios compañeros, fabulosos, adorables, de los que he aprendido mucho, y a los que sigo teniendo la suerte de contar entre mis amigos. En el momento en que les conocí, ellos eran diferentes a como son ahora, y yo tampoco soy ahora la misma que era entonces, y no sabíamos ninguno cuánto duraría la relación, pero nos lanzamos a la piscina. Mi búsqueda ahora es similar, sin embargo me encuentro en un momento diferente de mi vida y ahora daré más valor a cosas que antes me importaban un cuerno, y me reiré de otras que entonces me parecían importantísimas, aunque básicamente persigo lo mismo.
Y sé, en cualquier caso, porque lo he vivido antes y eso nunca cambia, que el inicio de la relación será diferente a lo que venga después, con sus momentos de mariposas, pasión y ganas del otro, pero que, pasado ese período, hay que currárselo. No se trata de aguantar y sufrir con tal de no dejarlo, ni de estirar un amor que ya no existe, no, pues llegado a ese punto, mejor ser honesto, más vale no engañarse y abandonar la partida a tiempo. Pero si ambos ponen de su parte, si no se rinden a la primera de cambio, si no se pierden el respeto y son sinceros, si ambos evitan hacer al otro lo que no quieren que el otro les haga, lo que venga después podrá ser incluso mejor que lo de esos primeros meses, porque se irá haciendo más y más grande cada día que pase, a base de compartir retazos de vida juntos, como yo he visto que ocurría en el caso de mis padres, y al final, parecerán una pareja de inseparables agapornis, que no saben vivir el uno sin el otro.
Pufff esto daría para una conversación casi interminable... ¿la gente no se esfuerza? ¿Hace unos años era esfuerzo o falta de estímulos? ¿La desaparición de condicionantes religiosos afecta a las relaciones?
ResponderEliminarSinceridad, respeto, intereses comunes, pasión... hay muchos ingredientes, y cambian según cada pareja.
Quizás los humanos... no estemos hechos para ser agapornis, o quizás podamos elegir qué especie ser... y esa sea tan solo una de las opciones.
Es muy complicado, Kike, afectan muchos factores y además yo me centré en una sociedad occidental y de pareja heterosexual, por no perderme. Aunque nunca nos faltan, la próxima vez que nos veamos, ya tenemos tema de conversación :)
EliminarGran reflexión!!! Qué te digo? Qué te digo? Pues que no existe el ingrediente fijo para esa sopa, cada uno hace la suya o como dice Kike, elige que especie quiere ser.
ResponderEliminarEl problema o la frustración es cuando se quiere ser una especie y no se consigue...tal vez sea por un concepto o creencia errónea de lo que es el amor. Muchos piensan que amor es eso de las mariposas en el estómago sin pararse a ver madurar una relación, y cuando desaparecen las mariposas salen a buscar mariposas nuevas.
Las parejas ya no aguantan como antes y eso es un gran alivio porque no hay que aguantar, hay que saber distinguir un amor maduro de una pura costumbre que ya no tiene nada más que aportar. Y muchas veces la clave está en el cuidado que se haga de esa relación, cuidados y atenciones recíprocas...
Bueno... me voy a callar ya que va a parecer que soy una experta, nada de eso...jajajajaja.
Como estoy más lejos no podremos sentarnos ante una taza de chocolate caliente a hablar del tema largo y tendido.
Un abrazo fuerte
Estoy de acuerdo contigo, Tegala. A mí las mariposas me gustan, ¿a quién no?, pero si me dan a elegir, que se quiten todas las mariposas y me dejen todo lo que se consigue crear después cuando hay amor que crece día a día, y que, por supuesto, si acaba, acaba, y no hay nada que aguantar, sino plegar velas. Sería un auténtico y sincero placer para mí charlar contigo largo y tendido sobre este o cualquier otro tema, con chocolate, café o lo que gustes.
EliminarUn beso :)
Me uno a las reflexiones anteriores y creo que no nos llegaría ni con un fin de semana de debates para llegar a la solución. Yo me inclino por algo intermedio: sí tenemos menos aguante o una visión poco realista de las relaciones y las mujeres ya no nos conformamos con según qué. Para mi la clave habría que buscarla no sólo en el tema laboral para las mujeres, yo creo que lo que nos ha cambiado la vida han sido los anticonceptivos...
ResponderEliminarAbrazos con ganas de charla
Me encanta encontraros a todos con ganas de charla y debate. Ojalá pudiéramos juntarnos en torno a una mesa, o repantigados en un sofá, y charlar, charlar, charlar, porque claramente hay muchos puntos de vista que considerar :)
EliminarUn abrazo "charlarín" :D
Muy interesante reflexión sobre el amor, yo la verdad es que después de mi primera experiencia-fracaso amoroso estoy campando a mis anchas con mi independencia, cierto es que hay gente que le gusta ir de flor en flor porque tienen miedo a la soledad, hay de todo y para todos jajaja, en fin, yo espero ansiosa la llegada de mi alma gemela :P
ResponderEliminarun abrazo amoroso!!
A veces pienso que sería más fácil dejarnos llevar por lo que sentimos, aunque eso nos lleve a tener múltiples relaciones paralelas a todos, pero luego despierto y sé que los celos y afán de posesión de algunos lo harían imposible.
EliminarVerás como no tarda en llegar, sea la gemela o la trilliza, pero que llegue alguna que te haga mimitos :*