No tengo Internet. Algo gordo ha ocurrido, hará una media hora, y se han despanzurrado todas las cosas que tenía corriendo gracias a la savia internetera que corría por las venas del Pc. Dicen lo de siempre: avería técnica generalizada en la zona. A saber si se trata de un cable pelado o es algo verdaderamente complejo, pero el caso es que aquí me hallo, escribiendo lo que podrá ser (si Internet vuelve algún día) una entrada en mi blog.
Te acostumbras a algo y en el momento en que te falta te encuentras un tanto raro. Por Dios, si he estado a punto de buscar el teléfono de atención al cliente de mi operador en la web. Ppfffffffffff!!! Que hasta he enviado unos cuantos tweets vía móvil… Pero no hay color, porque no veo mi timeline. No veo nada. Es como un diálogo de besugos entre yo y yo, y ¿qué voy a decir? Ya me conozco, con lo cuál ni me contesto.
Me digo ¿qué hago?, ¿qué hace una persona que pasa tantas horas diarias delante del ordenador y casi siempre haciendo algo que requiere conexión? Cuando estoy de viaje o por ahí, ni me acuerdo, aunque he echado un ojillo al iPhone y cualquier día se viene conmigo. Pero estando de relax en casa, para mí es fundamental. En fin… Pasó por mi mente lo de encender la tele, pero lo descarté rápido. Aunque, quién sabe, como esto vaya para largo me veo viendo… ¿viendo qué? Si no sé ni qué programación hay, jajaja…
Mis constantes vitales y mis pulsaciones parecen normales. No observo manchas en el iris, ni pigmentaciones o sarpullidos en la piel. Las ojeras ya estaban está mañana, así que no cuentan. ¿Significa esto que no estoy enganchada a Internet? Llevo ya casi una hora, y extrañamente estoy tranquila, pero ¡estoy intentando a cada rato ver si ha resucitado! Y nada. Que está haciéndose la interesante y pasa de mí. Pero sé que está con otr@s, ¡qué desvergonzada! Huys… que me veo encendiendo la caja tonta o retomando mi libro de la mesilla de noche.
...
Fuera llueve. Mejor dicho, diluvia. Voy a cerrar la ventana que se me inunda la casa y para eso no necesito Internet, y ya que me levanto voy y ceno algo. Lo mismo a mi vuelta todo ha regresado a la normalidad :-)
...
Pues no, así que cambio la cara: :-(, ¡ea!. Y encima me he recorrido 34 canales de TDT en busca de algo que me retuviera y… nada. Aunque me conozco, salvo que hubiera encontrado algo realmente apasionante, estaría asomándome por aquí de nuevo a probar fortuna.
...
Me he puesto música. El iTunes, claro, porque Spotify no puedo. Y doy vueltas por la casa. Pico algo en la cocina, aunque acabo de cenar como quien dice. Riego una maceta aquí y otrá allá. Me peso al pasar por uno de los baños y ver la báscula. ¡He perdido un kilo! ¿Ya? ¿Tan pronto? ¿Tanto me está afectando esto? ¿Significa esto que Internet engorda o que el mono adelgaza?
...
Y canto, ¡hala! Que lo hago fatal, pero me importa un comino. Es mi mono y lo paso como quiero. Y que se le ocurra a un vecino asomarse, que como tenga Internet le hago prisionero y le asalto la casa, lol. Pasó por mi mente lo de llamar a alguno para pedir una tacita de Internet, por caridad, suficiente para ir de surfing por un ratito. Ay… Y mientras esto parece un disco rayado: “Resolviendo la dirección xxx” “Servidor no encontrado”.
...
A lo tonto, a lo tonto, llevo casi 2 horas sin Internet, y será la música, ¡quién sabe!, pero al final estoy pasando un rato de lo más agradable. Me voy a secar la melena, que el secador sólo necesita electricidad. Cruzo los dedos para que no le dé por morir esta noche, que lleva días con extraños ruiditos...
...
Se ha portado como un jabato. ¡Ese sí que sabe! No te deja colgada en un momento así. Aunque otros lo hicieron. Aún recuerdo cuando tuve que pedir el secador a la vecina, para evitar ir a currar como una loca huida de algún sitio al día siguiente. Y al final casi fue peor. Su secador secaba, sí, y tanto que secaba. Me quemó el pelo en una zona, porque no había manera de regular la temperatura. Bueno, al menos hoy no he tenido tal percance.
Y la música sigue sonando y animándome, mientras Internet me evita y me saca la lengua tal que así :-P
Y fumo algún que otro cigarro. Me había pensado lo de no comprar más tabaco hoy, pero al final compré una cajetilla a la hora de comer. Mucho p’al body habría sido eso de pasar ¡dos monos hoy! Aunque poco imaginaba yo de eso esta mañana. Que de haberlo sabido, lo mismo me habría hecho plan de salir por ahí a cenar, y volver a casa para meterme en la cama, o me habría escapado a comprar un iPhone, jajaja… Nah, eso no lo habría hecho, tan mal no estoy. Creo que tengo salvación pero… ¡que me restablezcan el servicio YA, hombre!
...
Resignada ya a no tener Internet hasta mañana, al menos hasta que llegue a la oficina. Tenerlo en casa será cosa de que arreglen lo que sea que no me ha permitido subir esta entrada al blog… Aunque, pensándolo bien… esta entrada no habría existido de no haber sido por este desaguisado, ¿no?
Ya es casi la 1:00 am y el despertador sonará en unas horas, haya o no Internet, así que cierro filas y mañana será otro día.
Te acostumbras a algo y en el momento en que te falta te encuentras un tanto raro. Por Dios, si he estado a punto de buscar el teléfono de atención al cliente de mi operador en la web. Ppfffffffffff!!! Que hasta he enviado unos cuantos tweets vía móvil… Pero no hay color, porque no veo mi timeline. No veo nada. Es como un diálogo de besugos entre yo y yo, y ¿qué voy a decir? Ya me conozco, con lo cuál ni me contesto.
Me digo ¿qué hago?, ¿qué hace una persona que pasa tantas horas diarias delante del ordenador y casi siempre haciendo algo que requiere conexión? Cuando estoy de viaje o por ahí, ni me acuerdo, aunque he echado un ojillo al iPhone y cualquier día se viene conmigo. Pero estando de relax en casa, para mí es fundamental. En fin… Pasó por mi mente lo de encender la tele, pero lo descarté rápido. Aunque, quién sabe, como esto vaya para largo me veo viendo… ¿viendo qué? Si no sé ni qué programación hay, jajaja…
Mis constantes vitales y mis pulsaciones parecen normales. No observo manchas en el iris, ni pigmentaciones o sarpullidos en la piel. Las ojeras ya estaban está mañana, así que no cuentan. ¿Significa esto que no estoy enganchada a Internet? Llevo ya casi una hora, y extrañamente estoy tranquila, pero ¡estoy intentando a cada rato ver si ha resucitado! Y nada. Que está haciéndose la interesante y pasa de mí. Pero sé que está con otr@s, ¡qué desvergonzada! Huys… que me veo encendiendo la caja tonta o retomando mi libro de la mesilla de noche.
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Fuera llueve. Mejor dicho, diluvia. Voy a cerrar la ventana que se me inunda la casa y para eso no necesito Internet, y ya que me levanto voy y ceno algo. Lo mismo a mi vuelta todo ha regresado a la normalidad :-)
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Pues no, así que cambio la cara: :-(, ¡ea!. Y encima me he recorrido 34 canales de TDT en busca de algo que me retuviera y… nada. Aunque me conozco, salvo que hubiera encontrado algo realmente apasionante, estaría asomándome por aquí de nuevo a probar fortuna.
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Me he puesto música. El iTunes, claro, porque Spotify no puedo. Y doy vueltas por la casa. Pico algo en la cocina, aunque acabo de cenar como quien dice. Riego una maceta aquí y otrá allá. Me peso al pasar por uno de los baños y ver la báscula. ¡He perdido un kilo! ¿Ya? ¿Tan pronto? ¿Tanto me está afectando esto? ¿Significa esto que Internet engorda o que el mono adelgaza?
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Y canto, ¡hala! Que lo hago fatal, pero me importa un comino. Es mi mono y lo paso como quiero. Y que se le ocurra a un vecino asomarse, que como tenga Internet le hago prisionero y le asalto la casa, lol. Pasó por mi mente lo de llamar a alguno para pedir una tacita de Internet, por caridad, suficiente para ir de surfing por un ratito. Ay… Y mientras esto parece un disco rayado: “Resolviendo la dirección xxx” “Servidor no encontrado”.
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A lo tonto, a lo tonto, llevo casi 2 horas sin Internet, y será la música, ¡quién sabe!, pero al final estoy pasando un rato de lo más agradable. Me voy a secar la melena, que el secador sólo necesita electricidad. Cruzo los dedos para que no le dé por morir esta noche, que lleva días con extraños ruiditos...
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Se ha portado como un jabato. ¡Ese sí que sabe! No te deja colgada en un momento así. Aunque otros lo hicieron. Aún recuerdo cuando tuve que pedir el secador a la vecina, para evitar ir a currar como una loca huida de algún sitio al día siguiente. Y al final casi fue peor. Su secador secaba, sí, y tanto que secaba. Me quemó el pelo en una zona, porque no había manera de regular la temperatura. Bueno, al menos hoy no he tenido tal percance.
Y la música sigue sonando y animándome, mientras Internet me evita y me saca la lengua tal que así :-P
Y fumo algún que otro cigarro. Me había pensado lo de no comprar más tabaco hoy, pero al final compré una cajetilla a la hora de comer. Mucho p’al body habría sido eso de pasar ¡dos monos hoy! Aunque poco imaginaba yo de eso esta mañana. Que de haberlo sabido, lo mismo me habría hecho plan de salir por ahí a cenar, y volver a casa para meterme en la cama, o me habría escapado a comprar un iPhone, jajaja… Nah, eso no lo habría hecho, tan mal no estoy. Creo que tengo salvación pero… ¡que me restablezcan el servicio YA, hombre!
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Resignada ya a no tener Internet hasta mañana, al menos hasta que llegue a la oficina. Tenerlo en casa será cosa de que arreglen lo que sea que no me ha permitido subir esta entrada al blog… Aunque, pensándolo bien… esta entrada no habría existido de no haber sido por este desaguisado, ¿no?
Ya es casi la 1:00 am y el despertador sonará en unas horas, haya o no Internet, así que cierro filas y mañana será otro día.