Se despereza y estira su cuerpo, delgado, pero voluptuoso y de suaves curvas… Parece una gata mimosa, y entreabre apenas sus ojos de felina para verificar lo que ya constatan sus manos al tantear el otro lado de la cama y no palpar cuerpo alguno: está sola. Está a punto de amanecer y, con mirada somnolienta, logra enfocar la vista en las cifras azules del despertador. Son las 6:33 am. Sonríe volviendo a estirarse para acurrucarse de nuevo e intentar conciliar el sueño por una hora más, o al menos, acunada por los trinos mañaneros de los gorriones que saludan desde la calle, para dejar vagar su mente en ese duermevela especial en que parte de la mente sigue anclada en el mundo onírico. Soñaba… ¿qué era?... rebusca en su memoria las imágenes que poblaban su cerebro hace solo unos minutos. Es de noche… el fuego ilumina la playa… Está borroso, y mientras su mente pugna por agarrar las huidizas escenas que le llegan a retazos, su cuerpo parece recordar, y se nota excitada... Un baile… ¡no!... es más una danza… ¿tambores?... Le asaltan pensamientos diversos, pero no da con el origen de esa sensación. Su cuerpo se mueve frenético siguiendo un ritmo salvaje…
Disfruta sintiendo sobre su piel casi desnuda una suave brisa, que mueve las cortinas y las páginas del libro abierto sobre la mesilla. Intenta prenderla a su cuerpo para que la acompañe el resto del día, cuando el calor aplastante le impida respirar y perle de sudor su piel. Sus manos tocan otros cuerpos, y diversas manos tocan el suyo… Su mano izquierda reposa en la marcada curva de su cintura, y juguetona, recorre sus alrededores. Sacia su sed con otras bocas… Cimbreante, aún sin recordar del todo, pero impulsada y espoleada por las señales que emana su cuerpo, se revuelve en la cama y se acaricia. Su cuerpo se abandona al éxtasis y al placer que otros cuerpos le producen… Hace deslizar su culotte y disfruta de la desnudez besada por la brisa. Su mano izquierda juega con sus pezones duros, y la derecha recorre la distancia que la separa de su sexo, expectante y hambriento de caricias...
Sweet About Me, ♫ Nothing Sweet About Me, ♪ Yeah! ♫
Sweet About Me, ♫ Nothing Sweet About Me, ♪ Yeah! ♫
Damn! Aunque es mejor despertar con la suave voz de Gabriella Cilmi en lugar del odioso pitido del despertador, Carlota cree morir y lo apaga de inmediato, alargando el brazo de mala gana. Está tentada de seguir ejecutando su particular y dulce despertar. Se queda quieta y duda, remisa a levantarse de la cama… “En fin”, se dice a sí misma, “¡otra vez será!”, y dejando atrás las ganas marcha camino de la ducha.
Se le ha pegado la melodía, y tararea el Sweet About Me mientras el agua resbala por su cuerpo, apagando todo rastro del fuego que lo consumía hace un momento.
♪ If There’s Lessons To Be Learned, ♫ I’d Rather Get My Jamming Words In First Oh ♪
♫ Tell Ya Something That I’ve F…
Se queda paralizada y la canción congelada en su boca… “¡Oooooohhh, noooo!”, dice en voz alta, y empieza a reír a carcajadas. El agua cae en su boca y sale a borbotones mientras ella ríe y ríe... “¡Jajaja!... ¡No puedo creerlo! ¡Jajaja!... ¡¡¡Hoy es sábado!!!”…
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